La Paradoja del Usuario Activo

¿Cuántas veces te ha pasado que, al abrir un nuevo producto adquirido, te has puesto directamente a trastear con el, sin leerte primero las instrucciones? Es cierto que en las instrucciones el 40% de las páginas es informacion obvia y el 20% es de nulo interés (advertencias y consejos a los que siempre hacemos caso omiso). Pero, ¿y el otro 40%?

La parte restante son esas funcionalidades ocultas a las que sólo podemos acceder leyéndonos el manual de instrucciones, o por el contrario, teniendo suerte y topándonos con una de ellas varios meses después de conseguir el aparato. Por ejemplo, muchas veces al instalarnos nuevo software, nos aparecen tips, específicamente destinados al usuario activo, para mostrarle funcionalidades "ocultas". Y, cómo no, todos acabamos desmarcando la casilla para que no vuelva a aparecer nunca más al iniciar el programa. Así somos.

A esto se le conoce como la paradoja del usuario activo, desarrollada por James Milton Carroll y Mary Beth Rosson en 1987. Definieron a los usuarios activos como aquellos que comienzan a interactuar de inmediato en busca de lo que necesitan, sin seguir ningún tipo de instrucciones ni manuales de ayuda. En su teoría explican que los usuarios deberían ahorrar más tiempo a la larga usando manuales de instrucciones pero, como no los utilizan, pierden aún más tiempo tratando de aprender por sí mismos y sin ayuda exterior. Esto puede ser bueno cuando las experiencias previas son similares a las que esperamos obtener de manera inmediata, pero si nos equivocamos (lo que se conoce como transferencia negativa), nos llevará a la confusión y a comparaciones erróneas, problema por el cual muchas veces dejamos de utilizar algo porque pensamos que es complicado de manejar.

En la vida real nos pasa exactamente lo mismo. Nadie aprende sabiéndolo todo, pero muchas son las personas que se tiran al abismo sin haber mirado antes. Está claro que la solución a la mayoría de los problemas cotidianos se aprenden con la experiencia pero, en cambio, en algunas ocasiones es mejor informarte antes porque, si no lo haces, realmente quedarás como el culo. Andad con cuidado.

Hay cosas que para saberlas, no basta con haberlas aprendido.

Lucio Anneo Séneca (4 a.C. - 65 d.C)

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